Mezcla armoniosa de cerveza blanca y jugo de cereza. Cubierto con una espuma cremosa, la Belgian Kriek revela un vestido rojo pasión.

Siguiendo un principio original desarrollado por Brasserie Lefebvre, el Kriek belga está hecha de una mezcla de cerveza blanca y jugo de fruta. En este caso, se utiliza 15% de jugo de cereza agria. De la cerveza blanca, hereda su dulzura refrescante y su espuma cremosa. Del jugo de cereza, obtiene su hermoso color rojo pasión, su lado ligeramente ácido y su aroma afrutado. El aroma de cereza es limpio e inequívoco. El ataque ligeramente picante es contrarrestado por un gusto voluptuoso y dulce. El final es fresco y sin post-amargor. Una cerveza bellamente equilibrada, que le valió el dulce superlativo de "Mon Amour".